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lunes, 22 de febrero de 2010

Monografía final del ciclo 2009 de Pasantías de Capacitación de Coordinadores GIA. Farm.Blanca ROMAN

GRUPOS INSTITUCIONALES DE ALCOHOLISMO


Ministerio de Asuntos Sociales
Monografía final del ciclo 2009 de Pasantías de Capacitación de Coordinadores GIA.






GRUPOS INSTITUCIONALES DE ALCOHOLISMO
Ministerio de Asuntos Sociales, final de un ciclo de Pasantías de Capacitación de Coordinadores GIA.
Autora: Farm. Blanca Estela Román. (Coordinadora Grupo GIA Hospital de El Calafate)

Debo escribir porqué mi entusiasmo para coordinar grupos GIA.
Y esta es mi historia:
Tuve la oportunidad de conocer el dolor y la marginación de los pacientes de HIV.
Ya que en mi provincia, Tucumán, estaba encargada de entregar los medicamentos mensualmente, para esa patología.
Ya sé, me anticipo, no estamos hablando de esta patología sino de alcoholismo.
Pero sí hablamos de exclusión, discriminación a la hora de conseguir trabajo, llegar al suicidio por no poder solucionar ni aliviar su problema de salud. Hay algo en común, ¿verdad? Y aún más, lo común es que se llega por el mismo túnel, tan fácil de entrar, tan sociable, tan simpático si lo queremos decir así, encuentro de amigos dicen los medios de comunicación y propaganda. Luego la sorpresa de estar involucrados en un problema que no pueden salir solos, sino en grupo, con la ayuda de profesionales que pondrán todo su empeño, sus conocimientos para ayudarlos a salir por la muy estrecha brecha de luz que le deja su enfermedad.
Hoy llegando al hospital de esta zona, tan lejos de mi medio habitual de vivir y trabajar,
encuentro esta hermosa oportunidad de poder poner mi granito de arena, mi experiencia
como profesional de la salud, para no quedar pegada a ese sentimiento de culpa de no involucrarme simplemente por haber entrado a “disfrutar de mi jubilación “.
Cuando experimentamos todo esto nos decíamos como poder prevenir este daño tremendo que los pacientes hacían a sus vidas, a sus mentes, jugando tal vez, sin darse cuenta.
Y acá está a mi modesto entender, la clave. Prevenir, con la contención que puede surgir de una reunión terapéutica, enmarcada en las redes y al decir de Anselmo Bustos, “que en compañía, permite desplegar, y encontrarse en las condiciones humanas… más humanas”. (Perdón Anselmo pero me gustó mucho, no pude dejar de copiarte).
Bien, como esto ya lo conocemos por todo lo que aprendimos en la capacitación, ahora aunque duela, quiero revivir con mi relato uno de los muchos casos en que la tragedia roza la vida de las personas y nos marca con fuego.
Como es conocido por todos en nuestro país, la pobreza obliga a emigrar a las adolescentes a lugares donde pueden encontrar trabajo .Así dejo María su casa paterna
siendo muy joven (EXCLUSIÓN SOCIAL).Volvió cinco años más tarde, con dos hijos y uno en su vientre .Su pareja había fallecido con HIV.
Al nacer su bebé, una nena muy pequeñita, muy enferma, María también nos deja.
Sus doloridos y asustados padres se hacen cargo de los nenes mayores, pero no de Rosita, como la bautizaron los empleados del hospital, que la cuidaron con tanto amor y dedicación, desde médicos infectólogos, enfermeras, empleados, todos los
que la sentían una hija predilecta.
Pasó el tiempo… Rosita cumplió tres añitos, cuidada y mimada por todos.
Pero…ya tenía que dejar el hospital. No se permitía más .Entonces, ¿que hacíamos?
Y surgió el amor. Una empleada administrativa de la Dirección del Hospital se jubilaba.
La adoptó con guarda legal y todo lo que correspondía para llevar esa hija a su casa.
Más alegría en la vida de esa niñita .Ya no era hija de todos. Tenía su mamá.
Cuando llegó la hora de inscribirla para su jardín de infantes no había quién la recibiese
porque los señores padres de los alumnos, no sin razón y sí con gran desconocimiento
del tema, ya que corría el año 90 en el que todo era aún muy confuso, no permitían que una niña con esa patología compartiera con sus hijos.
Pero Ramona, que así se llamaba esa increible mujer que la adopta, luchó con todas sus fuerzas, fue a los medios de comunicación, radio, televisión, noticieros nacionales, etc., hasta que lo logra. Y Rosita tuvo su escolaridad como todos los niños merecen.
Tanta lucha desgastó el organismo de Ramona y sufrió un cáncer tremendamente invasivo en lo mejor de su obra, en la etapa más importante de la vida de Rosita,
Otra vez se quedó sin su mamá.
¿Y como sigue este relato que más parece de ficción que real?
Rosita se entregó, tenía sólo quince años y ya no quería vivir más. Se suicidó de la
única manera que ella podía hacerlo…. Se negó a tomar más sus medicinas, que no eran pocas en esos tiempos, se negó a comer, la depresión la sumió en un silencio muy profundo, muy negro, hasta que pudo volver a estar, y ahora para siempre con su mamá.
Habiendo conocido, vivido y sufrido todo esto, a alguien le quedan dudas porqué siento el deseo de involucrarme en todo lo que significa GIA. El consumo de alcohol con sus trastornos mentales lleva a la pérdida de control de la razón, de saber qué se está viviendo, pérdida de trabajo (exclusión laboral), sufrimiento de la familia y de quienes circundan su vida. Al no tener conciencia, no pueden cuidarse de contraer enfermedades de trasmisión sexual y de otras, si se duerme en cualquier lugar, con frío, húmedos o secos, siempre malsanos, sin advertirlo siquiera.
Dios me dio una vez más la oportunidad de sentirme útil, de poder escuchar la verdad de cada uno, esa verdad que se oculta detrás del alcohol, y que sólo con el apoyo de su grupo terapéutico, quizás se pueda ir, poco a poco logrando.
La Madre Teresa de Calcuta, ese ser maravilloso que tuvimos la gracia de conocer y que fue contemporánea nuestra, dice en sus escritos:
“Si cada uno de nosotros cuidara y se preocupara por sólo diez personas de su entorno, ¡cómo cambiaríamos el mundo!”
Un periodista en una entrevista le dijo con sorna “Madre, Ud., realmente cree eso?” Y ella le contestó: “No veo dónde están los diez tuyos”
Creo que los diez míos los encontré en GIA.

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